Ya después de la keynote del pasado 9 de septiembre llega el momento de analizar el mercado de los smartphones. Actualmente poseo un LG G2, que si no fuese porque erré a la hora de elegir modelo (16GB sin posiblidad de ampliación) no tendría el gusanillo por cambiar a un modelo con mayor capacidad. Consciente además, que actualmente en el mercado un salto a un nuevo smartphone podría ser incluso hacia atrás ya que aunque el G2 es de 2013 aún tiene características que superan a muchos tope de gama actuales.
Hace 3 meses me despaché agusto contra los tope de gama de los principales fabricantes de Android por su falta de ideas y una continuidad en hardware y características sin precedente.
Hace 3 meses me despaché agusto contra los tope de gama de los principales fabricantes de Android por su falta de ideas y una continuidad en hardware y características sin precedente.
Así que después de esta pequeña decepción con Android, pensé que igual en Apple tendría algo más sorprendente que decir este año, como ya hizo en 2010, cuando literalmente, barrió a toda la competencia con el iPhone 4. Aquel año el iPhone no tuvo rival, y eso que lo cambié por un Galaxy S, el terminal estrella de Android por aquel entonces; pero he de reconocer que Apple ganaba en practicamente todo.
Con el iPhone 6 Apple por fin ha dado la razón a lo que el mercado demandaba, smartphones más grandes. Pero vaya, tan grandes que para mi gusto se han pasado. El iPhone 6 tiene el tamaño de mi LG G2, con una pantalla sustancialmente más pequeña (4.7" vs 5.2"), una densidad de píxeles muy inferior, una cámara sin estabilización óptica y una batería que no promete la autonomía de mi android (aunque por supuesto, esto último habrá que esperar a que salgan las primeras pruebas).
Por otro lado, Apple ha querido también entrar en el mundo de las phablets con un teléfono más interesante en cuanto a prestaciones: pantalla practicamente FullHD (casi casi, pero no), 5.5", estabilizador óptico y batería de mayor duración. El problema es sencillo, que es ligeramente más grande que un Note 3 o un Oneplus One. Para mi gusto, todo esto lo tendría que haber incorporado el iPhone 6 (salvo las 5,5") sin necesidad de comprarse un móvil tan grande.
Todo esto a final se traduce en una sensación agridulce, sin hablar por supuesto de los precios, que para mi uso personal, 16GB se quedan cortos y es necesario saltar a los 64GB cuyo precio para el caso del 6+ se va a la nada despreciable cifra de 900€ (aunque habría que quitarle el IVA, unos 150€. Las ventajas de los autónomos y de dedicarse al desarrollo de aplicaciones móviles).
Con los primeros rumores de un posible Nexus 6 fabricado por Motorola, no queda más remedio que esperar un poco para jubilar muy tempranamente a un LG G2, que si no hubiese sido por su escasa memoria interna (10GB disponibles para el usuario) y su imposibilidad de ampliación por tarjeta microSD, duraría mucho más en mi bolsillo.